miércoles, 12 de septiembre de 2012
La diosa de las apariencias. Dr. Jorge Lozano
Todos sabemos que la moda es principalmente cuestión de estética, lo que nos lleva a la suposición de que es cosa de apariencia. Apariencia, no en un sentido malo, tal como fingir o engañar. Si no de una manera sutil que refiere al conocimiento interior por lo exterior, es decir, lo que se deja ver a simple vista. Por un lado el vivir siendo parte de una sociedad o comunidad, nos hace tener que dar un reflejo de lo que somos nosotros, de manera superficial, podría entenderse como “La primera intención es lo que cuenta”. Porque los seres humanos sin darnos cuenta, tomamos la primera impresión para definir a nuestro criterio como es la persona, de alguna manera, juzgamos a un libro por su cubierta.
Por otro lado, el vestir viene de muchísimos orígenes, pero el más antiguo que se conoce, o pretende existir, es el religioso, la historia sobre Adán y Eva y la manera en que la vergüenza del pecado original los llevo a cubrir sus cuerpos con pieles y hojas, en forma de vestido que supuestamente, el mismo Dios confeccionó para ellos. Se ha perdido así también la pureza que representa la desnudez, viéndolo ahora como algo lleno de morbo, desdicha y hasta algo sexual. Después vienen una clase de eventos tales como el posicionamiento económico o social, en donde a través de los años hemos modificado nuestros cuerpos para darle una apariencia agradable a los demás, un agrado determinado por los cánones de belleza establecidos en el momento en que se viva.
La moda es aparentemente como la muerte, todo tiene un ciclo y por consiguiente, una caducidad. Lo curioso es que tenemos la tendencia a hacer cambios de una manera extravagante a nuestros cuerpos como si la moda del momento fuera a ser eterna como los cambios que realizamos, piercings, tatuajes, cirugías estéticas, deformaciones por el corsé o los tacones. ¿Quién dice que en unos años estos cánones podrían cambiar?
En muchas ocasiones sin darnos cuenta, no solo aceptamos, si no que adaptamos las modas que se nos imponen por gente desconocida, hasta volverlo de lo más común y parte de nuestro ambiente. Puede ser la moda más ridícula o desagradable, pero no nos damos cuenta hasta que llega otra a imponerse y la mayoría del tiempo llegamos a un punto en donde nos preguntamos “¿Cómo es que me vestía con eso hace unos años?, ¿Por qué nadie me dijo que me veía tan mal?... Así entramos en una clase de ciclo y de pena ajena, por unos estándares establecidos por gente que quizás ni conocemos.
Esto significa que la apariencia es relativamente importante, ya sea dentro de la moda o fuera de ella, puede ser en el caso de Napoleón la forma en que su tropa se veía, un doble agente que debe verse como civil, o simplemente podemos pensar en una persona que ha sufrido un accidente y quedo con cicatrices. Siempre se trata de cómo nos ve la demás gente, ya sea que la apariencia sea buena o mala.
martes, 4 de septiembre de 2012
La filosofía de la moda.
Mapa conceptual.
La filosofía de la moda
No se es posible describir directamente el dualismo, hay contraposiciones en nuestra vida que el dualismo conforma y regula. Tenemos un afán hacia la generalización, y necesidad de la singularidad, para darle quietud a nuestro espíritu. Así mismo se des engloban relativamente los diferentes ámbitos en los que la moda se relaciona con nuestras vidas y con nuestras acciones o costumbres realizadas al día a día. Contraposiciones que derivan aspectos buenos y malos de ellos, pero siempre cayendo en la cuenta de que como seres humanos, elementos de una sociedad, nos vestimos además de para nosotros mismos, para la sociedad. Como parte de nuestra rutina diaria, habiendo que cumplir un régimen de etiqueta social, que demuestra respeto tanto a nosotros mismos como hacia los círculos sociales que frecuentamos o con los que vivimos. Esto nos permite darnos una idea de cómo reaccionamos ante la moda en relación a la percepción o sentir, independientes de cada grupo o género. Partiendo de una simple aparente necesidad por estar cubiertos, yéndonos a extremos tales como hacerlo por lujo, diferenciación social, ritos culturales, y un sinfín de actividades, eventos y hasta lugares que no conocemos.
La moda en la Postmodernidad. resumen.
La teatralidad de la vida social.
Nos vestimos por los demás, o más específicamente, para ser vistos por, hasta gente extraña. La ropa refleja parte de cómo nos sentimos o como somos en el interior. Llegando a un punto en que se convierte en un espectáculo, experimentando la teatralidad de la vida social.
La moda se convierte en un diseño de la personalidad a simple vista, una especie de publicidad de la cual cada quien se vuelve el empresario de su apariencia.
La vestimenta nos permite socializar, entablar dialogo con los demás de una manera indirecta, al coincidir o diferir en el estilo que usamos, los demás se dirigen a nosotros según nos presentamos.
La desinconización del símbolo.
Existen estrategias para escapar del estigma del estereotipo o identidades estereotipadas, por ejemplo los gay. La moda ha cambiado a través de los años, incluso llegando a un punto donde el hombre intenta imitar a la mujer y viceversa, dándole paso a la androginia. Desatando el estereotipo de la mujer u hombre feminista, etc.
Warhol señala que uno debe mantenerse fiel a su estilo independientemente de si esté de moda o no, se conserva bello al ser autentico y no al estar cambiando según la temporada.
El vestido. De lo estético a lo político.
La indumentaria ha pasado de ser tan solo una diferenciación de clases sociales o uso de lujos ante una sociedad, a ser una expresión que diferencia a un individuo de otro, montando una escenografía que refleja al interior de una persona.
La moda corre en paralelo con el capitalismo, alimentan el deseo y la satisfacción del consumismo y nos provocan una pasión y emoción muy particulares. Todos deseamos lujos, excesos, etc.
La moda y el capitalismo producen un ser excitado, un aspecto característico del diseño de la personalidad en sociedad del espectáculo.
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